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Orihuela, Alicante, Spain

14.7.13

Rompiendo sombras


Rompiendo sombras los descubrí,
allí, de pronto desvelados, abiertos;
cielo y mar en hermoso revoltijo,
enlazados el puro azahar de sus espumas
y la levedad sedosa de sus nubes.

Aquellos ojos derramados, como un racimo de gaviotas,
de rayos, de corales y de fugaces estrellas.
Todo eso
en el turbador abismo de un imán que no pude,
ni quise, esquivar a tiempo.                                                                  

En ellos la fuerza, pero también la flor amarga de una lágrima.
En ellos el látigo de luz, pero
también la mordedura letal de una sombra, la dentellada
definitiva de un oscuro presagio.

Un carrusel, un vértigo aquellos ojos.
Un alba clara de olas vírgenes, y también crepúsculo frío,
temblor de naufragios. Un despertar de espumas, y un oscurecer sombrío.
Un manantial pródigo, un seco cauce aquellos ojos.
El eco desorientado del silencio tras un vendaval sonoro.

Allí, de pronto desvelados, abiertos.
Rompiendo sombras los descubrí.

Dicha y melancolía abrazadas; una tímida bahía
y un impetuoso mar sin límites. Un nítido arco iris
— arc de Sant Martí, cuando juegan a escapar a otras tierras —
entre cenizas que el viento arrastra al confín de las sombras.

Toda emoción en unos ojos. Un allegro
que hace florecer la pulpa y el carmín de los labios, y un súbito ma non tropo
que los agrieta. Acompasados violines de terciopelo
silenciados de pronto por un gong ronco y destemplado, como
un disparo que hiela –de muerte- toda sonrisa.

Tus ojos, sí, desvelados y abiertos. Los demás no existían. Sólo tus ojos.

Ante su hechizo me detuve un instante, no sé por qué ni con qué derecho,
un rápido siglo, lo justo
para sentirlos próximos y saberlos tan lejanos.

Imposible aspirar
el humo huidizo, distante, de sus pupilas;
imposible acometer
la danza fría y serena de aquellos párpados que añoraban
otros ritmos.
Imposible atraparlos, porque los milagros no existen.

Y rompiendo sombras los perdí. Se desvanecieron
de pronto replegados y sin alma, de pronto fríos.

2 comentarios:

Rosa dijo...

Unos ojos pueden dejarte cautivo.

Me ha gustado descubrir tu blog.

Besos desde el aire

Joaquín Marín dijo...

Recién renovado, lo tenía abandonado.
Besos desde las nubes.