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Orihuela, Alicante, Spain

10.8.14

Los adioses

Joaquín Marín

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Querido Ernesto




Querido Ernesto dos puntos te lo digo desde el cariño y un pelín bebida coma francamente dos puntos y aparte abre comillas y usa mayúsculas para que te enteres bien no estoy con mis primas recorriendo Las Alpujarras almerienses cierra comillas y vuelve a las minúsculas coma para nada punto estoy con uno de mis jefes coma el que mi prima Lali coma la que tú llamas putón verbenero coma dice que es una fotocopia del tío del martini coma ya sabes coma el de las gafas oscuras que se pasa el pulgar por el pedazo boca coma y a mí me pone punto y aparte no te quiero coma Ernesto coma ya no coma desde hace tiempo punto y aparte otra vez lo hablaremos a la vuelta coma civilizadamente coma espero punto y aparte un besico punto final postdata reconozco que tú besas mejor que él y tienes mejor tipo puntos suspensivos bueno coma xao

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El retiro nocturno


Seguí mi camino un día más. Y ya sombrío el horizonte, sin fe y envejecido, regresé a casa. No me encontré en la luna del espejo aquella noche. En vez de mi rostro había una faz deshabitada, como de augusto cartón piedra. Y una mariposa trazando en el vacío aleteos de elegía. 
Lo que puede destruir un adiós, Dios...
En vez de mi rostro una soledad altiva, un semblante muerto. En vez de mi lengua una tiniebla sin carne todavía. En vez de mis dientes oscuros jazmines, impenetrables.
Y mis ojos... en vez de mis ojos un mar monótono en el que la arena devoraba los narcisos huérfanos de las olas... Triste, triste este retiro nocturno.

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Azares






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Acodados los dos en la barra del pub dejamos que la tarde de agosto se vaya consumiendo, y nos vaya consumiendo. Tú me hablas de La Haya, del erasmus, de tu hija, que ya es toda una mujer y que sabe más que Lepe... Y luego del Madrid, que si Kroos, que si Casillas, que si Carletto... y de la cagalera de la casta ante la irrupción de Podemos, y del ébola... Estás puesto en to, pijo. De vez en cuando intentas sonsacarme. E indagas, hurgas y me interrogas con la lengua estropajosa de tanto vaquerito, y los ojirris vidriosos. Siempre te he dicho que a medida que te vas poniendo pedo perdido, tus ojos se van haciendo más pequeños... Ojirris, compare.

— Y no hay nada que contar, tío. El último pétalo ha sido no.

Mario, el camarero nos pone otra ronda, mientras tú me miras pasmao, y yo desvío mis ojos de los tuyos y los dirijo hacia una de las pantallas de televisión del local. Teledeporte. Un partido de tenis. El jugador de azul acaba de pifiar una volea incomprensiblemente. Exceso de confianza. 

— El último pétalo ha sido no... farfullas repitiendo mis palabras de antes, y pones esa sonrisa boba de cuando vas mamaíco. 

Me veo llevándote a casa hecho un saco de serrín dentro de un rato. Seguro. Nada a cuarenta, dice el locutor allá en el plasma. Y el jugador de azul, enrabietado, golpea su raqueta contra la tierra batida. Otro perdedor, como yo...


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Tu regazo




Durante aquel día, en aquel instante, rocé la felicidad. Me sentí feliz, sí. Ya sabes, esas pequeñas cosas... Las auroras.
Nilo dormitaba en el séptimo cielo de tu regazo. Una mano pequeña, como de niña inocente, le acariciaba. Yo sonreía. Tú sonreías. Él, el futuro, parecía sonreír... Hace siglos de eso, parece.

Y hoy, durante este día, en este instante, rozo la desgracia. Me siento desgraciado, sí. Ya sabes, esas pequeñas grandes cosas que ocurren... Los adioses.
No sé qué es de Nilo, quizás dormite en el regazo de tu ausencia, sin caricias de mano alguna. Y yo no sonrío. Mi boca está cerrada por tristeza... Y no sé nada de tu boca. Si hay nieve o ceniza en tus labios. Ni sé nada del futuro. O sí, de su negrura.

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Vuelo nocturno



Lo sé. La luna es más bella que mi cuarto oscuro. Que tengas buen viaje.

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