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Orihuela, Alicante, Spain

18.6.16

Gama de grises




Joaquín Marín


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Como nubes errantes




...¿y a qué has venido ahora, con ese encanto descarado?... ¿qué te ha traído a esta pequeña alcoba con vistas al mar, que es el morir?... Vienes a lacerarnos, ¿lo sabes? Estábamos ya muy tranquilos los mayores, y llegas tú a herirnos, a remover sueños imposibles, tumbas del tiempo perdido... Con ondulaciones de depredadora falsamente inocente, con tu voz rosada, tus pechos de brasas y tus nalgas irreverentes; con pequeños pasos, cimbreando levemente tus muslos, te has acercado a la ventana y has descorrido la cortina y las mechas lacias que enmarañaban tu frente... y estás mirando afuera, más allá... bestezuela infantil... y nos ves como nubes errantes... ya como si nada... a nosotros ya no nos sigue nadie; a ti, aún los perros, y los hombres... todas las miradas... Y hasta ese sol que besa tus labios en cuanto amaneces...


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Deshilachado





...igual que las nubes del crepúsculo a beberse la luz del horizonte, aquel hombre, que eras tú o tal vez yo, se acercó a la orilla a beberse sus pisadas de náufrago, sus huellas turbias en la arena de Calblanque... de un trago... y galopó luego en las sombras como caballo oscuro, sin bridas... dejando en el viento un trozo de amor deshilachado, y el olor de las espumas imposibles...


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Rosa oscura






...y ahora piensas en sus últimas palabras, en sus últimas miradas, de ojos tan vencidos, tan cansados... y ahora reconoces que ardía el bosque, cercándole, y las zarpas de las nubes de otoño proseguían su cacería, cebándose en sus huesos, nublando su celda... tantas lágrimas has llovido, viuda suya, tanta pavesa sola en la que fue vuestra hoguera... Ya. Ya sé que no es consuelo que en la hierba aún quede la huella de su pie desnudo, transitando hacia las falsas memorias...


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Asfalto






...asientes cuando, después de dejarte unas monedas en el bacinillo, te pido permiso, y entonces retrocedo unos pasos, encuadro y congelo una mirada que interroga... "a qué sabe la vida de un tipo desocupado que se lleva una cámara a los ojos y se asoma al valle urbano de los caídos..."


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Mocica




...y me hablaba de vosotros a menudo el abuelo, sobre todo de ti, de cuando eras niña y, en la mañana, bajo el fino y limpio aire volvías, subías a la casa de Los Vives con tu cesta, entre el latir despacioso de la gente que hocicaba en la tierra, con el rumor menudo y bailarín de tus pies de mocica... con tu cesta cargada de milagros, con su leche, el queso, el aceite, las patatas... y la palmerica pa la abuela Engrasia... y los pedazos crueles de la carne, el aroma del pan noble... aquella lucha para que no os comiera el hambre...


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La espera





...y si a alguien espero ya a estas alturas es sólo a ti, que te sientes vagabunda de las Letras; que ansías compartir el pan con el mendigo y conmigo; que tomas desnuda el sol, tendida sobre la tierra muda y húmeda... a ti, que acaricias la guitarra con los ojos cerrados y todos los poros de tu piel abiertos al mundo; a ti, paridora de versos que no ansían el Parnaso; que sólo tienes verdades sencillas a flor de labio... y siempre...


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Lecho de agujas





...tú no la trabajas, pero amas la tierra, la amas como aquellos adultos que conocías en tu infancia, cumpliendo la ley ciega del corazón de los huertanos... y sabes que llorarás de amor por ella algún día... ahora, en esta tarde, estás viendo caer la luz en las acequias, en los azahares, en las corregüelas del huerto dormido... y ves a los gafarrones retirarse a su lecho de agujas, en la pinada, reteniendo sus alas en el oleaje vegetal, inventado por la brisa... tú no la trabajas, pero en esta tierra, ahora yerma, están tus sueños de niñez enraizados, y el amor en penumbra de los abuelos, de tus padres... ha sobrevivido el ciprés, no los rosales, ni el jazmín... huele a elegía...


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Piedrecitas vivas






...al final le compraste una pulserita, pero muy al final; estuviste largo rato antes mirando la escena, aquel ensimismamiento del muchacho, él a su labor y tú a tus caladas nerviosas, a la fruición de tus labios, también de tus ojos... te conozco tanto, mujer... sé que aunque el tiempo te destruyó tantos príncipes, conservas en las inmensas salas de tus recuerdos un joven muerto, aquel Salvatore veneciano que calmara una vez el sufrimiento que punzaba tu piel, un joven que también labraba y engarzaba piedrecitas vivas, como éste... noche en Venecia va para quince años... qué lejos, piensas mientras te enredas en las rastas del artesano, que seguro que no se llama Salvatore, y que puede ser más bien de Villarrobledo, de Castalla o de Vitigudino, quién sabe... y cuando tiras al suelo la colilla, manchada de ese carmín fogoso tan tuyo, das unos pasos, te acercas al pequeño tenderete y —por los viejos tiempos— gastas unos euros... y te colocas la pulserita como queriendo acariciar tu carne con un reflejo de luz dulce... y veneciana...

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Andante





...claro que te entiendo: naces, creces, te multiplicas y... un día intuyes la caediza carrera de las hojas del calendario, la ráfaga que arrastra la hojarasca a su último crepúsculo, la dádiva envenenada de soledad que te ofrece un dios inexorable... y el sollozo retenido antaño deja de ser viril y se hace pulpa tierna, scherzo oscuro que transita apagadamente, y descalzo, hacia la nieve, tal vez hacia el fuego...

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I tant





…e incluso transitando por las calles de la ciudad, sintiéndote ya menos corza alegre y más paquiderma en ciernes, te ríes de ti misma y te refugias en aquella infancia que tienes sobre la sangre escrita… revives, sonriendo, tus albores, tu alma de niña sin pecado concebida, antes de ser despertada bruscamente, a tiros, por una adolescencia dura, difícil, eterna… y rememoras, ya sin temblor de pierna ni de voz quebrada, aquellas caída al abismo, aquellos errores que sólo reparó el transcurrir de la vida, aquellas “dentelladas secas y calientes”… hoy, fuerte y redimida, te he visto pasear por el casco viejo, y pararte ante un escaparate, y echarle el ojo a un echarpe que, seguro, te combinará muy bien… porque sé que vas a entrar a comprártelo… i tant, dona… 

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